Se sentia en todos lados, en cada rincon.
Era la lluvia, quien me acompañaba,
y era el caos el que dejaba a su paso.
Una infinita muestra de la naturaleza,
luceros que cegaban cada debil nota.
Era una orquesta! Un concierto al caos!
No, era una sinfonia! Como cualquier otra.
Era un compas que nunca terminaba.
Con sostenidos y bemoles por doquier,
notas que no sonaban, silencios ignorados!
Redondas, negras, semifusas, corcheas al azar!
Y entre tanto caos, una pequeña flauta,
interpretando tantas armonias como se pudieran,
rompiendo con el silencio, quebrando el compas.
Pero quien? Quien regalaria vida para contemplarla?
O quien derramaria una lagrima para romper la tension del agua?
Acaso eres tu?
Me pregunto ¿Cuanto talento ha sido reservado para ti? ¿Para que seas tu quien le de vida a sensaciones nuevas, a expresiones con gracia? No tengo la respuesta, pero quiero descubrilo.
ResponderEliminarEs un placer volver a tenerte entre nosotros.
ResponderEliminarImpactante poema nos dejas, lleno de incertidumbre, a la vez que muy hermoso.
Un fuerte abrazo.
Sustento los comentarios de Aremmy y Armando. Kanar!o, hay mucha emoción en lo que haces.
ResponderEliminarUn inmenso abrazo.